sábado, 9 de octubre de 2010

PLAN DE ESTUDIOS PARA LA EDUCACION DEL GUARDIÁN


REPORTE DE PRÁCTICA
UNIVERSIDAD DEL DESARROLLO PROFESIONAL
LIC. EN EDUCACIÓN
TEORIAS DE LA EDUCACIÓN
PLAN DE ESTUDIOS PARA LA EDUCACION DEL GUARDIÁN
CARLOS MANUEL MARTÍNEZ ALVAREZ
BIBLIOGRAFÍA: TEORIAS DE LA EDUCACIÓN

                     CARLOS MANUEL MARTÍNEZ ALVAREZ
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                                          FIRMA                        23/SEP/2010


PLAN DE ESTUDIOS PARA LA EDUCACION DEL GUARDIÁN
Partiendo del fundamento del estudio de la música, la literatura y la educación física, que de ordinario no se efectuaba en la antigua Grecia sino hasta bien entrada la adolescencia, que era cuando los jóvenes pasaban hacer su servicio militar, en la sección que sigue se toman en consideración los estudios que se deben impartir al principio de la edad adulta. No se trata aquí de arrojar un tejuelo, como en el juego, sino de imprimir al alma un movimiento que, del día tenebroso que la rodea, la eleve hasta la verdadera filosofía, así conviene ver cuál es, entre las ciencias, la que es mas propia para producir ese efecto. Fuerza es la ciencia que buscamos, aparte de esa primera ventaja, tenga, además, otra, la de no ser inútil para los guerreros. La gimnastica tiene por objeto lo que está sujeto a la generación y a la corrupción, puesto que su finalidad consiste en examinar lo que puede aumentar o disminuir las fuerzas del cuerpo, la música corresponde a la gimnastica, si bien en un puesto opuesto, consiste en acordar, por así decirlo, el alma de los guerreros por medio de la armonía, y de regularizar sus movimientos por medio del ritmo y de la mesura, pero no en comunicarle una ciencia. La música en efecto, no nos ha parecido que contuviese nada por el estilo de eso, si ponemos aparte la música, la gimnastica y los artes, si fuera de eso no encontráramos nada, tenemos alguna ciencia universal. En general la ciencia de los números y de los cálculos, a medida que yo vaya distinguiendo entre las cosas que creo propias para elevar el alma y las que no lo son, considera tu sucesivamente el mismo objeto que yo.
Nada de eso obliga al alma a preguntar al entendimiento que cosa sea un dedo fuese al mismo tiempo otra cosa que un dedo, la vista decíamos percibe el grandor y la pequeñez, no como dos cosas separadas, sino como cosas confundidas, y para poner en claro esa separación confusa, el entendimiento, haciendo lo contario de la vista, se ve considerado a considerar el grandor y la pequeñez, no ya como confundidos, sino como distintos el uno de la otra, los objetos sensibles, unos incitan al alma a la reflexión, designado así a los que producen a la vez dos sensaciones contrarias; los otros no invitan al espíritu a reflexionar, porque solamente una reflexión hacen nacer en el, pero si la vista nos ofrece siempre alguna contradicción en la unidad, sino una reunión de unidades, entonces se necesita un juez que decida; el alma, perpleja, despierta en si al entendimiento, y se ve forzada  a hacer pesquisas, y a preguntarse así mismas que es la unidad. En este caso, el conocimiento de la unidad es uno de los que elevan al alma y la vuelven hacia la contemplación del ser.
La aritmética y la ciencia del cálculo tienen por objeto el numero, por consiguiente, una y otra llevan al conocimiento de la verdad. Ya tenemos aquí a dos de la ciencia que buscamos, en efecto, al guerrero para disponer bien un ejército; al filosofo para salir de lo que nace y muere, y elevarse hasta la escancia misma de las cosas; porque sin esto jamás habría un autentico matemático, pero aquel a quien confiamos la custodia de nuestro estado es a la vez guerrero y filosofo. Pongamos como ley para aquellos que entre nosotros están destinado para ocupar los primeros puestos, que por medio de la pura inteligencia, hayan llegado a conocer la esencia de los números no para hacer que esta ciencia sirva sino para aplicarla a las necesidades de la guerra, y facilitar el alma el camino que debe llevarla desde la espera de las cosas perecederas a la contemplacion de la verdad y del ser.
Podemos pasarnos absolutamente sin esa ciencia, puesto que es evidente que obliga al alma a servirse del entendimiento para conocer la verdad, asimismo habrás observado que los que han nacido calculadores, dotados de espíritu de combinación, tienen mucha facilidad para caso todas las ciencias, difícil te seria hallar muchas ciencias en cuyo aprendizaje cuente mas profundizar que en este. Veamos si la geometría es otra ciencia relacionada, nos conviene a lo menos en lo que se refiere a las operaciones de la guerra, hay que ver si la parte más elevada de esa ciencia tiende a ser más fácil al espíritu la contemplación de la idea del bien , si la geometría mueve el alma a contemplar la escancia de las cosas, nos conviene; si se detiene en sus accidentes no nos conviene.
Su lenguaje es muy divertido, aunque no tengas más remedio que usarlo, hablan de cuadrar, prolongar, de añadir, y así sucesivamente, como si realmente operasen, como si todas sus demostraciones tendiesen a la práctica, cuando toda esta esencia no tiene otro objeto más que el conocimiento. La geometría tiene como objeto el conocimiento de lo permanente, atrae al alma hacia la verdad, forma en ella el espíritu filosófico, obligándola a dirigir hacia lo alto sus mitradas, en lugar de posarlas, como suele hacerse en las cosas terrenas.
Las ciencias de que hablamos ofrecen una considerable ventaja, pero que pocas gentes saben apreciar, esa ventaja en purificar, en reanimar un órgano cuya conservación nos importa mil veces mas que la de los ojos del cuerpo, puesto que solamente gracias a el percibimos la verdad. Ningún estado hace bastante caso de esos descubrimientos y que se trabaja penosamente en ellos porque son penosas, a ellos se dedican necesariamente de un guía, sin el cual serán inútiles sus investigaciones, un estado dirigiese esos trabajos y les concediese alguna estima,  los individuos se presentarían a sus miras, y, gracias a esfuerzos concertados y sostenidos, no tardaría en descubrirse la verdad, pues la astronomía, suponiendo descubierta la ciencia de los sólidos desde el momento en que se ocupe de ella el estado, es evidente para todo el mundo que la astronomía obliga al alma a mirar a lo alto, y a pasar de las cosas de la tierra a la contemplación de las del cielo. La belleza del cielo visible no sea sino imagen del cielo inteligible, y que nos sirva como como servirían a un geómetra las figura ejecutadas por Dádalo o por cualquier otro escultor o pintor. Acaso un sabio pudiese enumerarlas todas, por nuestra parte solo nombraremos las dos que nos son conocidas, la astronomía es la primera, la otra la que se corresponde con ella. Parece que los oídos se han hecho para los sonidos armónicos, como los ojos para los movimientos astronómicos; y que estas dos ciencias, astronomía y música, es cosa que dicen los pitagóricos y nosotros con ellos.
Si el estudio de todas las ciencias de que acabamos de hablar tuviese como fin conocer las relaciones intimas y generales que esas ciencias mantienes entre sí, sería entonces ese estudio de gran ayuda para la finalidad que nos proponemos; de lo contrario, no valdría la pena entregarse a él. La dialecto, esta ciencia, aun siendo como es puramente espiritual, puede ser representada por el órgano e la vista, que, como hemos demostrado, se eleva gradualmente del espectáculo de los animales al de los astros, y finalmente a la contemplación del mismo sol.
El sentido de las ciencias de que hemos hablado produce el mismo efecto,. Eleva la parte más noble del alma hasta la contemplación del más excelente de todos los seres, como, en otro caso, el órgano más agudo del cuerpo humano se eleva hasta la contemplación de lo más luminoso que existe en el mundo material y visible. En qué consiste la dialecta, en cuantas especies se divide y porque caminos se llega a ella. Porque hay indicios de que el termino a que esos caminos conducen es el reposo del alma y al final de su viaje, solo la dialecta puede descubrirlo a un espíritu diestro en las ciencias que sirven de preparación a aquella, siendo imposible la cosa por cualquier otro camino. En cuanto a las artes restantes, como la geometría, y todas las del mismo orden, que, según nosotros, tienen algún comercio con lo que es, vemos que el conocimiento que poseen del ser asemejan a un sueño; que les será imposible siempre verlo con la clara visión que distingue la vigilia del ensueño, mientas no se eleven por encima de sus hipótesis, de las cuales no pueden dar razón. El método dialectico, dando de lado las hipótesis, se remota hasta el principio para establecerlo firmemente, extrae poco a poco el ojo del alma del temedal en que se halla hundido, y lo eleva a lo alto  con la ayuda y por ministerio de las artes de las que hemos hablado. La dialecta por así decirlo, el supremo ápice y colmo de las demás ciencias, que no hay ninguna otra que no deba ponerse por cima de ella, y que cierra la serie de las ciencias que importa aprender.


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